Definitivamente mi marido es un superhéroe, entre la caza de las polillas y lo que hace con el cuello para ponerse el colirio seguro que es un superhéroe o la encarnación de la niña del exorcista.
Nunca había visto a nadie ponerse un colirio de una forma tan complicada, cuando la punta del bote le roza las pestañas echa la cabeza muy, muy para atrás, tanto que parece que se le cae rodando por la espalda. Qué susto!!! Pero eso sólo puede ser cosa de alguien con superpoderes.
¿Por qué será que casi todos los chicos desarrollan algún superpoder cuando se trata de medicamentos o enfermedades?
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